¿Cómo vas a ser rico si te lo gastas todo en impuestos?
Esta simple pregunta esconde una realidad que tratan de ocultarnos cada vez con menos éxito. En palabras de Jean-Baptiste Colbert, «el arte de recaudar impuestos consiste en desplumar al ganso obteniendo la mayor cantidad de plumas con el mínimo de graznidos». Para ello, el mejor modo es tener muchos impuestos, procurando que se cobren poco a poco y no de golpe.
Sígueme y te mostraré dónde acaba la madriguera de conejos.
Veamos varios ejemplos:
Impuesto especial a las labores de tabaco.
En el siguiente gráfico tenéis la evolución del impuesto sobre labores de tabaco, al que -como no- se le grava además con el IVA correspondiente. De modo que cuando compras una cajetilla de tabaco, en realidad estás comprando impuestos.
Pagáis 4,50€ por lo que cuesta 96 céntimos.
Impuesto especial sobre hidrocarburos.
En los siguientes gráficos tenéis la evolución del impuesto de hidrocarburos tomando como referencia el precio por litro, tanto para las gasolinas como para el gasóleo A -éste no incluye el gasóleo de calefacción-. La próxima vez que vayáis a una gasolinera en lugar de 50 euros de diésel deberíais pedir 30€ en impuestos y si entra algo de diésel bienvenido sea.
Si queréis ver con más detalle el desglose del precio de estos -y otros- productos podéis consultar aquí.
Esta entrada estará en constante ampliación, con nuevos gráficos tanto de impuestos especiales como del más sangrante de todos el impuesto al trabajo, desglosado en IRPF y cotizaciones sociales.
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